rutas del camino de Santiago por Cantabria


El paso de peregrinos por tierras de Cantabria se mantuvo, preferentemente a través de los puertos de mar, después que las grandes guerras europeas interrumpiesen el flujo de peregrinos desde Francia. Aunque la documentación existente es escasa, y los años han borrado o difuminado muchas de las huellas jacobeas, esta ruta resulta hoy en día una alternativa muy sugerente para quienes quizá quieran un recorrido verde y fresco.

Desde los orígenes de las peregrinaciones jacobeas hubo gentes piadosas que se acercaron a la milagrosa tumba del Apóstol a través de los puertos y montañas de Cantabria, transitando por rutas entonces consideradas peligrosas, pero que hoy ofrecen al romero la oportunidad de descubrir mil insospechados paisajes.

Por dos vías accedían los peregrinos a esta tierra, bien andando desde la frontera francesa y el País Vasco, bien desembarcando en alguno de los puertos de las Cuatro Villas de la Costa: Castro Urdiales, Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera, procedentes de los países del norte europeo.

Hasta el siglo XVI la afluencia de peregrinos de toda Europa fue alta, pero el número de los devotos caminantes hacia "El Camino de la Estrella" decreció rápidamente, tanto como creció el protestantismo y las sucesivas guerras de religión que asolaron el continente.

No obstante lo cual, hay abundantes evidencias de que muchos peregrinos siguieron atravesando la accidentada geografía de Cantabria hasta bien entrado el siglo XIX.

Para atenderles en sus necesidades espirituales se tapizó la región de ermitas e iglesias dedicadas a Santiago Matamoros, y se levantaron a lo largo de los caminos un gran número de hospitales, normalmente sostenidos por los concejos, donde pudieran encontrar cobijo nocturno, sanar de sus enfermedades, o bien morir para recibir cristiana sepultura.

En este contexto jacobeo, abundan las escondidas y misteriosas iglesias rupestres, las encantadoras prerrománicas, románicas y góticas, así como las espléndidas renacentistas y barrocas, en un gama que abarca desde la humilde ermita, en ocasiones ubicada en lugares increíbles, hasta los hermosos monasterios y colegiatas; las torres medievales y los castillos roqueros, las casonas y los palacios de los siglos modernos, suman un magnífico y recoleto patrimonio que, unido a los conjuntos monumentales de las viejas pueblas aforadas y portuarios aún subsistentes, dan sentido y acompañan a los caminos más que milenarios por donde se iba y se volvía de Santiago de Compostela. Todo ello preñado de intensa carga simbólica y evocadora.

Ruta Castrourdiales - Laredo

Los peregrinos a Santiago llegaban a Cantabria desde Vizcaya, por Saltacaballos o bien en barco, desde el norte de Europa. En cualquiera de los casos, el primer hito del Camino en Cantabria es Castro Urdiales. Salir por la antigua carretera nacional 634, que discurre junto a la agreste costa, pasando por Islares hasta la ría de Oriñón.

Antiguamente se cruzaba en barca, pero hoy se pasa por el Pontarrón de Guriezo. El caminante puede refrescarse con un baño en la hermosa playa de Oriñón, a mitad de etapa, antes de iniciar una dura ascensión. Habitualmente, se puede ver volar a los miembros de la importante colonia de buitres asentada en Punta Yesera.

Esa misma carretera conduce hasta Laredo por el alto de Seña. Desde el Puntal de Laredo, tomar la barca para cruzar la ría del Asón, hasta Santoña (antiguamente se cruzaba en la barca de Treto y descendía por Escalante hasta Santoña).

ruta Santoña - Santander

Salir por la playa de Berria y después hasta Noja.

Continuar por Arnuero, Ajo y Bareyo hacia la ribera sur de la bahía de Santander.

Ajo es una alternativa a mitad de etapa, visitando su playa y su faro.

La ruta prosigue, una vez superado el alto de Ajo, bien directamente hasta Somo, bien por la costa de Langre y Loredo o por el interior, pasando por Carriazo y Suesa.



Santander - Santillana del mar
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El camino costero salía de Santander en dirección a San Román y Liencres, tramo en el que se encuentran numerosas playas, entre las que destaca la de Valdearenas, junto a la Reserva Natural de las Dunas de Liencres. Al haber desaparecido la barca de Mogro el peregrino tiene que cruzar el río Pas en Puente Arce (donde conecta con la ruta más corta, que sale de Santander por Peñacastillo).

Los antiguos pasos de barca eran fundamentales para que los viajeros pudieran transitar por las rutas cántabras paralelas a la costa. La desembocadura del Pas se cruzaba antiguamente por la barca de Mogro, y la de los ríos Saja y Besaya, por la de Santo Domingo. Ambas eran mantenidas por los vecinos y gratuitas para los peregrinos.
Se continúa por esta carretera hasta Rinconeda, donde se cruza otro río, el Besaya, tomando la carretera a Santillana del Mar.

Santillana del mar - Unquera

De nuevo en plena naturaleza, el camino se acerca enseguida a la costa y playas. En dirección a Comillas la ruta discurre por amplias praderías tradicionalmente agrícolas y ganaderas, en un contorno de colinas suaves.
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Una de las más hermosas etapas del camino es la que discurre a través del Parque Natural de Oyambre. Tomar la carretera hacia La Revilla e, inmediatamente después de cruzar la ría de la Rabia, tomar la de la costa.

Es completamente improbable que los antiguos peregrinos tomasen esta vía, lo normal es que fuesen directamente hacia La Revilla, pero el viajero actual encontrará grandes alicientes a este paisaje protegido.

A San Vicente de la Barquera se entra por el puente de la Maza, de 32 arcos, considerado en su día el más largo del reino.

Se puede proseguir por la N-634, por el municipio de Val de San Vicente. La ría de Tina Menor se cruza en la localidad llamada La Barca. En lugar de continuar directamente por Pesués hasta Unquera, donde se cruza la ría de Tina Mayor y se entra en la vecina Asturias (para continuar hacia Llanes), se puede aprovechar la oportunidad de dar un rodeo por Pechón (7 km más largo).

Del mar a la meseta

El camino del Besaya se conoce también como "Ruta del Románico". Es una vía de enlace entre las Villas de la Costa y el Camino Francés, con el que conecta en Carrión de los Condes (Palencia). Parte de su trazado se superpone a la actual carretera nacional 611, Santander-Palencia.
Tomarla calzada romana en Pie de Concha, en dirección a Somaconcha, desde donde se regresará a la N-611 por Pesquera y Ventorillo.
La última parada del camino en esta diracción está en la colegiata románica de Cervatos. Poco después de coronado el puerto de Pozazal, esta ruta se encuentra con la del Ebro, antes de continuar hacia Santa María la Real de Aguilar de Campoo (Palencia).

Pozazal - Vallescusa del Ebro

Este camino está considerado por algunos historiadores como alguno de los más primitivos.
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No existe evidencia documental del paso de peregrinos, ni de la existencia de hospitales u otra infraestructura de apoyo. Pero los vestigios del prerrománico y románico permiten pensar que este fue un camino de conexión de la Ruta de la Costa con el Camino Francés.
Está jalonada de primitivas ermitas excavadas en la roca, pertenecientes a los siglos IX y X y emparentadas con el arte asturiano y el mozárabe (en Santa María de Valverde, Campoo de Ebro, Cadalso y Arroyuelos).
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En cuento al románico, es necesario destacar dentro del patrimonio de Valderredible la colegiata de San Martín de Elines, un de las más bellas y monumentales iglesias románicas de Cantabria junto con las de Santillana del Mar y Castañeda.


Unquera - Liébana

La ruta parte de la localidad de Unquera sobre la nacional 621. En su inicio se adentra brevemente en Asturias para atravesar Panes, internándose enseguida en las estribaciones del desfiladero de La Hermida, por el que discurre el sinuoso río Deva, famoso por sus cualidades salmoneras.

Un lugar interesante para realizar una parada es La Hermida, con buenos alojamientos, desde donde se pueden realizar agrestes excursiones a Bejes y Linares.


De camino hacia Potes es visita obligada la preciosa iglesia mozárabe de Santa María de Lebeña del siglo X. Santo Toribio de Liébana es, junto con Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, uno de los lugares santos del cristianismo, en el que se puede ganar el jubileo.

En Santo Toribio se guarda el Lígnum Crucis, el fragmento más grande que se conserva de la cruz de Cristo, y que desde tiempos inmemoriables atrae a miles de peregrinos.
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La presencia protectora de los Picos de Europa proporciona a la comarca de Liébana un microclima suave apreciado por los visitantes: buen tiempo y muy buena mesa. Eso lo puedo garantizar ya que de jovencito paraba en una pensión de Potes cada vez que nos preparábamos alguna ruta por los Picos de Europa y es un lugar excepcional ... muy muy recomendable.


Los caminos del interior
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El viejo y más transitado camino desde la costa cántabra hacia Castilla era el del Besaya.Unía las villas de Santander y Santillana con Aguilar de Campoo, donde se bifurcaba hacia Burgos o Palencia.
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Todo él está jalonado de pequeñas iglesias y colegiatas románicas. Se unía con el Camino Francés en Carrión de los Condes.
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Las demás villas de la Costa también tenían sus rutas jacobeas de conexión con la meseta: Castro Urdiales por Balmaseda y Burgos; Laredo, por el puerto de Los Tornos; San Vicente de la Barquera por Treceño, Cabuérniga y el Puerto de Palombera a Reinosa y Aguilar, donde se unía al del Besaya.
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También hubo un ramal que se acercaba hasta Santo Toribio de Liébana para gozar de las indulgencias que otorgaba la visita del monasterio

los caminos de la costa
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Por la costa, el peregrino entra en Cantabria por el collado de la Haya de Ontón. La ruta se desvía por Baltezana y el Alto de Helguera, evitando Saltacaballos, hasta llegar a Otañes, Santullán y Sámano antes de entrar en Castro Urdiales.
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A lo largo de este tramo hubo varios hospitales de algunos de los cuales se conservan venerables ruinas. En Castro el peregrino ha de rendir etapa en la iglesia gótica de Santa María y visitar la ermita de Santa Ana.

El camino sigue estrechamente ceñido a la costa, atravesando Campijo, Allendelagua, Cerdigo e Islares, hasta la ría de Oriñón, que se cruza hoy por el Pontarrón de Guriezo, para ascender al Monte Candina entre Gedo y Fermedal, hasta llegar al valle de Liendo. La ruta sigue por Villaviad y Seña hasta Laredo, con su iglesia gótica de Nuestra Señora de Belén, precedida de acogedor y enorme soportal.
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Por Colindres se llegaba antaño a la barca de Treto, hoy situada por el férrico puente del mismo nombre. Cruzada la ría, el camino discurre por Adal, Cicero, Bárcena y Escalante hasta Santa María del Puerto en Santoña. Se conserva la memoria de hospitales para peregrinos en Laredo, Colindres, Treto, Escalante, Argoños y Santoña.
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Existen dos posibilidades: seguir junto a la costa, por Noja, Ajo, la iglesia románica de Santa María de Bareyo, Galizano y Somo, desde donde embarcar para Santander; o seguir por el interior, cruzando la antigua Merindad de Trasmiera por Beranga, Anero y Agüero hasta Pedreña, donde también se puede tomar una barca de pasaje.
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Existieron hospitales en Noja, Meruelo, Güemes, Galizano, Castenedo y Helechas, y numerosas iglesias dedicadas a Santiago. Muchos viajeros no se atrevían a cruzar la gran bahía de Santander en barco, dando un largo rodeo por Santiago de Heras, el valle de Villaescusa y Camargo antes de alcanzar Santander.
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En Santander el peregrino ha de cumplir etapa en la sobria y hermosa catedral gótica, antaño colegiata de San Emeterio, con sus dos iglesias superpuestas y amplio claustro.
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El camino continúa por Peñacastillo, Santa Cruz de Bezana y Boo de Piélagos, por donde ser cruzaba el río Pas en la barca de Mogro, si bien hoy es preciso llegar hasta Puente Arce.
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Pasados Miengo y Cuchía se atravesaba la ría de San Martín de la Arena con la barca de Cudón, y actualmente por el puente de Barreda, hasta llegar a Santillana del Mar, rindiendo etapa en la colegiata de Santa Juliana.

Desde allí la ruta prosigue por Oreña, Novales, Cóbreces y Ruiloba hasta Comillas y San Vicente de la Barquera, villa de perfil amurallado en la que destacan el castillo y la iglesia de Santa María de los Ángeles y se conservan los hospitales para peregrinos y transeúntes.
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Aún tiene el romero que cruzar dos rías antes de llegar a Asturias, las de Tina Menor y Tina Mayor, recorriendo preciosos paisajes donde antaño estuvieron los hospitales de Serdio y Pesués.
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Estas son las rutas cántabras de este camino con tanta historia y tradición que hoy en día todavía conserva su historia y sus huellas. Animaros y recorrerlo por cualquiera de estos senderos. Seguro que disfrutareis del paisaje y del paisanaje.

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